sábado, abril 19, 2014

Cuatro de noche a Lisboa

Acabo de volver del cine, hemos ido a ver Tren de noche a Lisboa. El caso es que en el cartel luminoso sobre la entrada de la sala lo que ponía no era "Tren" sino "Tres". Al entrar en la sala estaba vacía, así que sólo éramos dos a Lisboa. Al final entró otra pareja, así que fuimos cuatro. Cuatro de noche a Lisboa.


La película trata sobre un profesor que blablablá ¿a quién le importa? ¡¡¡ID A VERLA, POR DIOS!!! Hacía bastante tiempo que una película no me absorbía de tal manera. La amistad, la lealtad, el deber, el deseo, los celos y la admiración se conjugan en una modesta obra maestra del séptimo arte, en uno de esos mirlos blancos que son las buenas adaptaciones cinematográficas de obras literarias. Realmente vale la pena sacarse el billete de ese tren nocturno para seguir la pista de ese filósofo, poeta, doctor, revolucionario, hermano, amigo, y sobre todo, soñador y orfebre de las palabras. Un viaje de ida a la reflexión y a la vida, con todo lo que ello conlleva; un viaje que esta noche sólo ha contado con cuatro pasajeros.


¿Te apuntas a ser el siguiente?