miércoles, agosto 11, 2010

Sonetillos

Es la rosa de mis vientos,
es la flor de la pasión,
es la voz de la razón,
es sólo una entre cientos,

es princesa de mis cuentos,
es anuncio en mi tablón,
es la fruta en bodegón,
es la diana en mis intentos,

es un año en un segundo,
es el brillo en las estrellas,
es respuesta: un sí rotundo,

es el genio en mi botella,
es la diosa de mi mundo,
¿Soy yo algo para ella?

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Muy brillante luz en lo alto,
dolor y miedo por dentro,
de las miradas el centro
y de fuerzas muy falto;

tullido sin sobresalto
se atropella el pensamiento
y me invade un sufrimiento
de frío azul cobalto.

Luchando como una nave
que en noche de niebla sabe
que ha de buscar el faro;

esperanza, poca cabe:
sólo un canto triste de ave
teñido de desamparo.

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La condena por placer
de un falso amor que la apresa,
abrazo de niebla espesa,
es condena de mujer.

Quieren que cante el somier,
y a ninguno le interesa
que sueñes a ser princesa
como la niña de ayer.

Esperando a que él dé el paso,
ese paso que no llega
ni siquiera con retraso,

una lágrima cae y riega
el mal sabor del fracaso
que deja un beso de pega.

martes, agosto 10, 2010

Cuando yo era pequeño

Cuando yo era pequeño
creía en las esmeraldas,
en el verano eterno
de la luna naranja.

Cuando yo era pequeño
y los gatos volaban,
no existía el desierto
de las flores heladas.

Cuando yo era pequeño
la pena era una palabra
que decían los cuervos
siempre en otra ventana.

Cuando yo era pequeño
había una luz blanca
alumbrándome un sueño
en el fondo del alma.

Y al final pasó el tiempo,
y el reloj echó alas,
y el color del dinero
quiso pintarme la cara.

Y al final pasó el tiempo,
pero no cambió nada,
cuando yo era pequeño
sin saberlo, te amaba.

lunes, agosto 09, 2010

EL MADRILEÑO

El caso es que el pasado mes de octubre, no recuerdo qué dia, mi tía de Cangas murió. Bueno, una de ellas: tanto mi padre como mi madre tienen muchos hermanos, me pierdo un poco con la genealogía. Sin embargo, a los de Cangas no les ocurre. Como ya he dicho antes, allí todo el mundo conoce a todo el mundo; sin embargo, en la villa viven más de 7000 personas, y eso sin contar el concejo, esto es, los pueblos colindantes, que suman alrededor de 22000 habitantes. ¿Cómo se conocen entre tanta gente? Pues por las familias.

-Pues el otro día ví a Fulanito...

-¿Quién?

-Sí home, sí, el fío de Menganita, la que se casó con ese de Bornazal, que los padres tenían...

-¡Ah, ya sé quien dices!

Esto es un ejemplo típico de conversación allí. Bien, como iba diciendo, mi tía Emilia, una hermana de mi madre, falleció a causa de un cáncer de pulmón, así que la familia, "los de Madrid" como nos llaman el resto, fuímos a Cangas para el entierro, que se celebró en Turia, un pequeño pueblo de las montañas, de donde eran mis abuelos maternos y donde también están enterrados. El caso es que estábamos allí y claro, hacía mucho tiempo que yo no iba a Cangas y me convertí en el centro de atención: que si "cuanto hacía que no te veíamos", que si "vaya lo que cambiaste", etcétera. Entonces, uno de mís tíos, el tío Jose Luís, que también vivía en Turia, me invitó a pasar las fiestas del Carmen en su casa.

Hacía muchos años que no iba a Cangas, desde que era pequeño, y la verdad es que no tenía muchas ganas de dejar Madrid una semana para pasarla en un sitio donde no conozco a nadie (porque de mi familia de Cangas tengo un recuerdo muy, muy lejano y a la mayoría no los conozco). Así que dije que no, pero a alguien de Cangas no se le puede decir que no, no pregunten cómo pero entre lo que insistió mi tío y que yo no tenía realmente argumentos para negarme... al final fue mi madre la que me comprometió a mí para pasar las fiestas en Cangas. Y así pasaron los días, pasaron los meses, y con más resignación que ganas, el 12 de julio estaba en un avión volando hacia Asturias.

(continuará...)

viernes, agosto 06, 2010

El de detrás en las fotos

Suele haber en los recuerdos,
en las imágenes que atestiguan
las reuniones,
un rostro semioculto y lejano
sobre los grupos de amigos;
el más alto de la pandilla.
Tiene cansancio en la mirada
de ejercitar vista de águila,
la espalda arqueada
por agacharse a escuchar,
para que no tengan que gritar
los que no están a su altura.
Miradlo siempre desde lejos,
pues desde cerca
tendréis que mirar hacia arriba.

A la hora de las fotos
se le ve ir, entre manso y resignado
a su eterno puesto:
el último de la fila,
donde sólo asoma su cara
sobre un bosque de coronillas;
pocas o ninguna vez ha visto su cuerpo
el ojo vídreo de la cámara,
y si a ella preguntais sólo os hablará
de unos ojos cansados,
de una barba distraida,
de una sonrisa en la distancia.

(El lunes seguiremos con más cosillas)

jueves, agosto 05, 2010

EL MADRILEÑO (una novela canguesa)

Me llamo Félix, tengo 34 años y soy madrileño. Yo pensaba que "madrileño" sólo significaba "ser de Madrid" o "haberse criado en Madrid", pero eso era antes de mi último viaje a Cangas. Claro, que allí hay muchas cosas que significan algo totalmente distinto, además de que tienen cosas que en Madrid no existen y cosas que existen en Madrid pero no allí.

Lo siento, tal vez voy demasiado deprisa. Debería haber empezado diciendo que me refiero a Cangas del Narcea. Es una pequeña población en el suroeste de Asturias, enclavada en un valle y alejada de todo. La población mayor que Cangas más cercana es Grado y está a unos 60km. Es un... ¿pueblo? ¿ciudad? Es difícil decirlo: es demasiado pequeña para llamarla ciudad, y demasiado grande para la idea que los urbanitas tenemos cuando pensamos en un pueblo. Los cangueses lo han dejado en "villa", así que vamos a respetar el término, aunque por mi parte no sé muy bien lo que quiere decir.

De allí son mis padres. Antes de que se casaran, a mi padre le habían ofrecido trabajo en Madrid en una fábrica de recambios de automóvil por mediación de un pariente. Como el trabajo fuera bien, al final mi madre se fue también a Madrid y se casaron allí. Mi madre empezó limpiando casas y cuidando niños, hasta que se quedó embarazada y entonces mi padre dijo que nada de seguir trabajando, así que con sacrificios y lo que habían ido ahorrando, pudieron ir tirando hasta que nació el niño: mi hermano Rubén.

Yo nací tres años más tarde, y la cosa había mejorado bastante: a mi padre le habían ascendido en la fábrica y ahora era una especie de pequeño encargado, lo justo para que su sueldo le permitiera mantener a dos hijos y que no necesitasen otro sueldo (el de mi madre). Recuerdo que, por aquel entonces, durante el mes de julio, mis padres "volvían" a Cangas con Rubén una semana. Yo me quedaba con unos vecinos que también eran asturianos, no hacía el viaje porque era demasiado pequeño.

La primera vez que fui tenía seis años. Fue un viaje interminable en un coche que hoy en día sería la pesadilla de cualquier inspector de seguridad. ¡En serio! No entiendo como los de mi generación hemos sobrevivido a nuestra infancia. Hoy en día no paramos de ver en las noticias los accidentes de coches y la elevada tasa de mortandad en carretera, y sin embargo cuando yo era niño los coches no es que no tuvieran airbag, ¡es que no tenían cinturones de seguridad en los asientos traseros! Pero bueno, aquí estoy para contarlo.

Decía que mi primer viaje a Cangas fue cuando tenía seis años. Recuerdo que lo vi como un sitio mágico, como sólo los niños lo pueden ver. Miraras donde miraras veías los edifícios, pero más a lo lejos, elevándose sobre ellos, veías los montes verdes y frondosos que rodeaban la villa. Y recuerdo jugar, jugar y jugar, desde temprano en la mañana hasta entrada la noche, cosa que hubiera sido impensable en Madrid. Pero allí mis padres no se preocupaban: allí todo el mundo conocía a todo el mundo, y estaba demasiado lejos de todo como para que ocurriese nada. Cangas era un sitio perfecto para criar a los niños sin los peligros de la gran ciudad.

(continuará...)

miércoles, agosto 04, 2010

INSTRUCCIONES PARA DARLE UNA PASTILLA AL GATO

1- Tome el gato y acúnelo con su brazo izquierdo como si estuviera sosteniendo a un bebé. Posicione el índice y el pulgar de su mano izquierda para aplicar una suave presión a las mejillas del gato mientras sostiene la píldora con la derecha. Cuando el gato abra la boca, arroje la píldora dentro. Permítale cerrar la boca a los efectos de que el gato trague la píldora.

2- Levante la píldora del suelo y al gato de detrás del sofá. Acune al gato en su brazo izquierdo y repita el proceso.

3-Traiga al gato del dormitorio y tire la píldora baboseada a la basura.

4- Tome una nueva píldora de la caja, acune al gato en su brazo izquierdo manteniendo las patas traseras firmemente sujetas con su mano izquierda. Fuerce la apertura de las mandíbulas y empuje la píldora dentro de la boca con su dedo medio. Mantenga la boca del gato cerrada mientras cuenta hasta 10.

5- Saque la píldora de la pecera y al gato de arriba del armario. Llame a su esposa que está en el jardín.

6-Arrodíllese en el suelo con el gato firmemente sostenido entre sus rodillas. Mantenga las patas traseras y delanteras quietas. Ignore los gruñidos que el gato emite. Pídale a su esposa que sostenga la cabeza del gato con una mano mientras le abre la boca con una regla de madera. Arroje la píldora dentro y frote vigorosamente la garganta del gato.

7- Traiga al gato del portarrollos de la cortina. Traiga otra píldora de la caja. Recuerde comprar una nueva regla y reparar las cortinas. Barra cuidadosamente los trozos de figuras de porcelana y póngalos aparte para pegarlos luego.

8- Envuelva al gato en una toalla grande y pídale a su esposa que lo mantenga estirado, con sólo la cabeza visible. Ponga la píldora en una pajita de gaseosa. Abra la boca del gato con un lápiz. Ponga un extremo de la pajita en la boca del gato y el otro en la suya. Sople.

9- Verifique la caja para asegurarse que la píldora no es dañina para seres humanos. Beba un vaso de agua para recuperar el sentido del gusto. Aplique apósitos a los brazos de su esposa y limpie la sangre de la alfombra con agua fría y jabón.

10- Traiga al gato del tejado del vecino. Tome otra píldora. Ponga al gato en el armario y cierre la puerta sobre su cuello, dejando sólo la cabeza afuera del mismo. Fuerce la apertura de la boca con una cuchara de postre. Arroje la píldora dentro con una bandita elástica.

11- Vaya al garaje a buscar un destornillador para volver a colocar la puerta del armario en sus bisagras. Aplíquese compresas frías en las mejillas y verifique cuando fue su última dosis de vacuna contra el tétanos. Arroje la camisa que tenía puesta a la lavadora y tome una limpia del dormitorio.

12- Llame a los bomberos para bajar al gato del árbol de la calle de enfrente. Discúlpese con su vecino que se estrelló contra la reja tratando de escapar del gato furioso. Tome la última píldora de la caja.

13- Ate las patas delanteras del gato a las traseras con una cuerda. Átelo firmemente a la pata de la mesa de la cocina. Busque guantes de trabajo pesado. Mantenga la boca del gato abierta con una pequeña palanca. Ponga la píldora en la boca seguida de un gran trozo de carne. Mantenga la cabeza vertical y vierta medio litro de agua a través de la garganta del gato para que trague la píldora.

14- Haga que su esposa lo lleve a urgencias. Siéntese tranquilamente mientras el médico le venda los dedos y la frente y le saca la píldora del ojo. En el camino de vuelta deténgase en una mueblería para comprar una mesa nueva.

15- Arregle con la inmobiliaria para comprar una nueva casa para el gato y llame al veterinario para ver si tiene un hámster a la venta.

martes, agosto 03, 2010

Sentido y responsabilidad

Me temo que el tema de hoy no va a ser algo bonito: vamos a hablar de política, o más concretamente, de la clase política.

¿Qué pasa con esa gente? Vale, se supone que estamos en democracia, ¿verdad? ¿Qué es lo que define a una democracia? No es la existencia del sufragio, ni tampoco el estado de derecho: es la Constitución. La Constitución es el supremo conjunto de normas, una garantía de estabilidad frente a los ires y venires que son las asambleas políticas, con sus pactos y sus "cambios de chaqueta". ¿Qué podemos esperar de nuestros políticos, nuestros líderes, cuando se la están saltando a la torera cada vez que les interesa?

Recordemos la guerra de Irak, cuando Aznar, desoyendo a la gran mayoría de la opinión pública, nos metió en un conflicto que ni nos iba ni nos venía, y donde no pintábamos nada. ¿Dónde está la inconstitucionalidad? Dice el artículo 2 de nuestra Constitución que "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado" . Llámenme demagogo, si quieren. No es que la gente no se hubiera pronunciado y Aznar nos hubiera metido bajo su cuenta y riesgo, es que el pueblo había dicho claramente "NO", y de ahí colijo que el Ejecutivo actuó contraviniendo la voluntad de quien ostenta la soberanía nacional: el pueblo español. Luego Aznar se defendió diciendo algo así como que era la mejor decisión a tomar y que no se podía esperar que el ciudadano común lo comprendiera, todo esto con muchas palmaditas de satisfacción por parte de los de su cuerda.

Pues yo digo: si el común no tenía información para comprender el porqué de su decisión, es culpa suya, señor Aznar, pues suyo era el deber de informar al pueblo; y si el común no tenía formación, es culpa suya, señor Aznar, pues suyo era el deber de que el pueblo tenga una correcta formación para poder decidir, ya que es el pueblo quien ostenta la soberanía nacional y, por ende, quien tiene (o debería tener) la última palabra en un asunto de tal importancia.

Sólo sé que aquella guerra no condujo a nada: no había armas de destrucción masiva (si las hubiera, ni Estados Unidos ni nadie se habría atrevido a atacar, precisamente por eso no hubo en su día guerra entre los Estados Unidos y la U.R.S.S.); se capturó a Sadam pero eso no sirvió de nada, siguió habiendo violencia y muertes cada día en Irak hasta el día de hoy. Yo pregunto: ¿para qué? ¿Para qué se hizo, entonces?

Cambiamos de tercio: el gobierno de Zapatero, y la inconstitucional ley de violencia sobre la mujer. ¿Por qué inconstitucional? De acuerdo, yo no soy quien para decidir qué es constitucional y qué no lo es, pero puedo argumentarlo y lo creeré así hasta que se me demuestre inequívocamente lo contrario: esta ley garantiza la protección a la (mujer) víctima de violencia por parte de su pareja (no necesariamente cónyuge, ni siquiera que conviva con ella, simplemente unidos por relación de afectividad), la asistencia letrada, se crea la figura especializada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer... cosa que no me parece mal en absoluto. ¿Pero y los hombres? Hay muchos hombres maltratados, seguramente menos que mujeres maltratadas, pero eso no significa que no existan. Estos hombres maltratados (y no sólo psicológicamente, sino en muchos casos también físicamente) han de soportar la carga de su maltrato, el estigma de la incomprensión social y, de propina, la discriminación de un gobierno que ignora su situación en pro de una norma tal vez más popular.

Les reclamo sobre todo una cosa a los progresistas: su falta de progreso. Se pierden en discursos caducos con la boca llena hablando sobre las libertades. Toman medidas (no digo que innecesarias) que debían haberse tomado hace mucho tiempo y se jactan de ello. Insisto, no digo que la ley que aprobó los matrimonios homosexuales esté mal, al contrario, a mi me parece bien, pero es que es algo que, a mi entender, no es un triunfo, sino algo que ya debería haberse hecho antes y que, una vez hecho, hay que pasar inmediatamente a lo siguiente. Tampoco lo de la ley de violencia sobre la mujer, si no fuera sólo sobre la mujer y también protegiera al hombre cuando es maltratado. Es que estas medidas... parece como si quisieran combatir la situación social de la España del franquismo. Pues tengo noticias para ustedes: Franco ha muerto.

Y bueno, los socialistas no creo que vayan a ganar las próximas elecciones; a mi juicio, no se lo merecen. Lo grave... lo grave es que la alternativa, el partido popular, tampoco va a hacer nada por remediar la crisis a la que nos enfrentamos. La crisis la acabaremos pagando nosotros, el pueblo español, que es el único que ha demostrado tener sentido y responsabilidad.

lunes, agosto 02, 2010

Romance del retrovisor

Echo la vista hacia atrás,
y con los dedos contando,
días y noches enteros
que como dardos volaron.
Las turbias noches de juerga,
los monitores neonados,
la insatisfacción constante
que me hacía seguir buscando
la mitad de un yo partido,
sin remedio demediado.

Busqué la dicha en el humo
y fui a parar al tabaco,
pero el humo solo es humo
que el aire lleva volando.
Busqué la dicha en el juego,
exploré mundos lejanos,
pero un juego sólo es eso;
nada real, todo engaño.
Busqué la dicha en licores,
buceé por cada vaso,
pero los vasos se secan
y se pierden por el caño.
Busqué la dicha en el sexo,
por los montes venusianos,
pero pasiones fugaces
permanecen poco rato.

Hoy debo ser menos tonto,
menos ingenuo y más sabio,
creo que menos iluso,
temo admitir que más calvo.
Echo la vista hacia atrás,
y con los dedos contando,
y a la conclusión que llego
en esta noche de amianto,
al contar mi vida en este
romance retrovisado,
es que no fue poca cosa
ni tampoco para tanto.
No me he privado de nada,
y de nada me retracto,
y "de nada" dice el mundo
a este "gracias" que le canto.

domingo, agosto 01, 2010

Un reto personal

Hace un par de días se me ocurrió una idea un tanto disparatada y radical que voy a poner en práctica: durante este mes de agosto de 2010, voy a introducir cada día una nueva entrada en este blog.

Probablemente esto no se lo crea nadie: alguna vez han pasado no digo meses sino años entre una entrada y la siguiente. Obligaciones, bloqueos, otros asuntos... y demás excusas. Bien, me he propuesto a mi mismo como reto personal escribir aquí diariamente pese a lo demás y sin dejar nada de lado.

Todo lo que he escrito aquí desde la creación de este blog ha salido de mi mente, salvo citas y algunas entradas de humor como aquella de la Antología del Disparate. Este pequeño diario de agosto me "obligará" a componer nuevo material cada día. ¿ Tendré cabeza, talento o imaginación suficiente para conseguirlo? La respuesta: próximamente...